jueves, 25 de diciembre de 2008

GERENA

Gerena se encuentra en las primeras estribaciones de Sierra Morena a una altitud de 86 metros desde la que se puede divisar la ciudad de Sevilla de la que dista unos 25 kilómetros. Esta situación geográfica privilegiada, con una campiña excelente, agua abundante, la sierra con amplia fauna, las canteras de granito y sus ricas explotaciones mineras la señalan como lugar estratégico a lo largo del tiempo.
La presencia humana en Gerena se remonta al Neolítico (Nueva Edad de Piedra), hay una muestra interesantísima en el Museo Arqueológico de Sevilla; una punta de flecha de sílex clavada en un hueso de cérvido.
La agricultura, la ganadería y la riqueza en hierro y cobre de su zona la hacen conocida y codiciada por todas las civilizaciones. Su nombre se relaciona con Gerión, el mítico rey pastor, se dice que se llamó Er en tiempo de la dominación de los iberos, Ierenna o Lerenna con los romanos, Gerea con los árabes, ningún dato escrito confirma nada de esto, pero lo cierto y verdad es que en varios grabados del siglo XVI, aparece con el nombre de Jerenna o Ierenna.
De la época Visigoda hay restos de una basílica paleocristiana considerada la más antigua de Andalucía y numerosas tumbas, hablamos del siglo V. Los romanos la fortificaron, siglo I d.C., los árabes ampliaron y restauraron las murallas de las que algún lienzo queda en la actualidad.
Fernando III la asedia, sus habitantes ofrecen una tenaz resistencia pero la dureza de los ataques, el aislamiento y la amenaza de que la villa fuese arrasada y aniquilados sus moradores, la entregan en 1247. Los pobladores almohades de la villa salieron con la vida, pero sin sus bienes: “con sus cuerpos et non con al”
Durante los siglos V a XV, periodo conocido como Edad Media, la fértil campiña de Gerena mitigó el hambre de Sevilla, en 1594 recibió la visita de Miguel de Cervantes en su calidad de Comisario de Abastos de la Corona para comprar trigo. De 1575 hay un grabado de Hogenberg con su imagen en la obra Civitates Orbis Terrarum que publica Braun en Alemania, honor compartido con muy pocas villas de la zona. Heissner también nos la muestra en 1627 en otro grabado, lo cual da muestra de la fama adquirida. En este periodo la población se concentra en la campiña y poco a poco la fortificación se va disolviendo; cada vez es más segura la vida.
En 1627 Felipe IV la vende a doña Rufina de Sandoval y queda bajo el señorío de don Pedro Cornejo Sandoval más tarde pasa a la familia Ursúa y aparece el título de Condado de Gerena. Por matrimonio el condado pasa a ser de los Bucarelli y posteriormente a los Queralt que bajo el título de condes de Santa Coloma ostentan el poder hasta la abolición de los señoríos en el siglo XIX. En el siglo XX las canteras de granito y la agricultura han sido sus motores económicos.
De sus monumentos hay que destacar la Basílica Paleocristiana, los restos del recinto amurallado, la Fuente de los Caños, la Iglesia de San Benito, antiguo Hospital de la Sangre, la Capilla de la Soledad, la Iglesia Parroquial de La Inmaculada Concepción, de estilo mudéjar, que tiene el su lateral una cruz que no hace mucho tiempo recogía los nombres de los caídos y que con buen criterio el párroco mandó quitar para evitar agravios entre familias pero que desgraciadamente se está volviendo a fomentar con todo eso de la memoria histórica.

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